Hace mucho tiempo que no escuchaba una banda americana de Death Metal tan intensa y furiosa como esta. Se trata del segundo disco de GRAVEHILL, quinteto originario de California, USA.
When All Roads Lead To Hell, es la segunda placa de esta peste que a pesar del caluroso clima de su región, no escatimó recursos para inspirarse en lo mejor y más oscuro del Death Metal mezclado con tintes de Black Metal haciéndolos sonar de una manera particularmente especial. Incluso para los que persiguen el Thrash Metal, GRAVEHILL sabe como arremeter con algunas ideas y composiciones que encajan en esta veta musical.
Son casi cincuenta minutos de riffs asesinos, violentos, bien armados y completamente representativos para el género subterráneo. El disco, al mismo tiempo contiene melodías bastante distares al común denominador de estas bandas. Esto hace que la química que se genera y transmite a través del sonido sea sumamente interesante, sobre todo para aquellos que buscan algo de pausa dentro de las siempre constantes avalanchas de riffs que traen estas placas.
Insisto que la banda no parece oriunda de Estados Unidos, más bien parece haber sido sacada de Australia, Polonia o países con agrupaciones de este calibre. Basta con solo ver la alineación de este grupo para darse cuenta la gran cantidad de influencias que pueden convocar en el sonido final de esta agrupación, que no me extrañaría que a futuro se anteponga sobre otras más conocidas. Su sonido da para crecer mucho más.
Un disco inteligente que sabe como entretener a los amantes del Metal, pero que demuestra que aún sigue en la búsqueda de un sonido que satisfaga a sus integrantes.
[ Andrés Padilla ]
|