Kruger es una banda proveniente de Lausana, Suiza. El álbum que amerita nuestro tiempo ahora es el tercero de estudio. Antes de escuchar a estos compadres no me sonaban para nada. Llamó mi atención eso sí, la carátula, que muestra dos caracoles, unos ojos que aparecen a través de unas flores, la cara de un Cristo, y todo esto con un fondo anaranjado. O sea, da para cualquier interpretación y es absolutamente imposible atisbar los caminos musicales de la banda. Al menos, hay intriga. ¿Qué diablos es esta huevada? – tendería uno a pensar. Bueno, este álbum de nueve canciones, es una muestra de feroz metal opresivo y oscuro, en la línea de Neurosis , por dar una idea. Lento y arrastrado, podría ser catalogado dentro de la sub vertiente del metal llamado “ Sludge Metal”, que es esa mezcla entre doom y hardcore. Recuerdan un poco a Mastodon y a Disillusion. Quizás no ubican a esas bandas, pero no importa. Lo que está claro es que aquellos en búsqueda de velocidad y onda no encontrarán nada de eso aquí. La sensación, al escucharlos, es la de absoluto abandono y desesperación, destacando en aquello la voz de Reno, así se hace llamar, que es la de un tipo que pareciera no haber tenido sexo en dos décadas. Desesperado, neurótico, víctima de alucinaciones, todo eso y más se podría deducir de la manera en como canta el compadre. Súmese a eso los riffs aplastantes y algo disonantes, y lo que tenemos es un cóctel depresivo y tira pa abajo a cagar. Personalmente esta onda tan depre no cala muy hondo en mí, pero aquellos que gustan de música aplastante aniquiladora de esperanzas y sueños esta banda no puede ser soslayada. Pero independientemente de las apreciaciones personales, Kruger resulta ser una banda de calidad, de eso no hay duda, pero está claro que su estilo es para algunos cierto tipo de fans metaleros. A todo esto, es increíble cuan subdivido está todo lo que entendemos por “Metal”. Pero ese es otro tema para discutir en otra ocasión.
Por Carlos Ávalos |