YAJAIRA
“Vuelve a Arder”
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Tras siete años de angustia esperando algún material nuevo de los patrones del rock ácido en Chile, como lo es YAJAIRA, finalmente podemos respirar tranquilos.
Algunos se preguntarán cómo es que hay material nuevo de esta agrupación que hace algunos años atrás se estaba despidiendo definitivamente de los escenarios. Bueno, con los músicos nunca se sabe y al menos para mí y muchos otros no es sorpresa que los cuatro integrantes –Sam en guitarra, Comegato en bajo y voz, Piri en guitarra y PinPin en batería- se tomaron el tiempo necesario para madurar y amasar muy bien lo que sería este regreso a los estudios. Es una pasión que está en la sangre y no se puede simplemente tirar al tacho de la basura.
Con el tiempo nos ponemos mañosos y es lógico que bandas como ellos quieran entregarnos productos de calidad. De ahí a que hayan pasado varios meses desde la grabación final, para encontrar la mezcla y sonido con que ellos se sintieran satisfechos y cómodos.
En lo que respecta a datos técnicos, el disco fue grabado en Audiomachine por Miguel Tutera, y la misma banda fue la encargada de financiar todo. Eso habla de que la escena local independiente está cambiando y aprendiendo seguir el camino de “hazlo tu mismo”.
Desde el año de su formación (1995) y con diecisiete años de trasnoche, “Vuelve a Arder”, editado sólo en CD –aún no hay una edición en vinilo en camino -, es otro de esos discos llenos de tonalidades, atmósferas densas y pegadas; YAJAIRA mezcla la energía y actitud del punk logrando un crossover de riffs metálicos y sabáticos con mucha inteligencia. Su sonido roza y hace recordarnos al metal, pero también al rock setentero -para muchos tirado a stoner-.
La marca registrada de YAJAIRA fue poco a poco siendo patentada con sus discos anteriores, y creo que a esta altura, registros como estos demuestran que en Chile hay agrupaciones honestas que no transan en convertirse en algo pretencioso. Lo de ellos es la simpleza, la crudeza de sus letras y la magia que se logra en cada una de sus canciones. Algunas intensas, otras más calmadas, pero densas y viscerales a la vez.
“Camino de Piedras” pavimenta e terreno con el clásico y característico riffs “alo yajaira”, entre medios tiempo y densos riffs preparan la atmósfera que se viene en este “largo camino”, que han recorrido como agrupación.
“Vuelve a Arder” es el segundo track, y en lo personal, mi favorito del disco. Con un vocalista inspirado como Comegato en donde hace un poco de tributo a los grandes Danzig. Un corte preciso, intenso y desgarrador! Como los prefiero de esta banda.
“Las Cruces” sigue el trayecto hacia la iluminación, entregándonos señales que confirman la solides del disco y la convicción que hay detrás de sus creadores. Esto no es un espejismo, es algo real, y arde como un fogón.
“El Chakal” es de esos clásicos cortes a medio tiempo que nos hacen cabecear constantemente.
“Muerte Astral” abre con velocidad y riffs llenos de intensidad. Otro corte que está destinado a convertirse en un hit, ya que posee esa clásica fórmula que ellos saben muy bien como reinventar.
“Eternidad”, “In Memoriam”, “2000 años” suman elogios y emociones intensas al escucharlas. Se cierra el camino con la mágica y psicodélica “Implosion”, que viene a poner el equilibrio ideal en un disco que merece y necesita cortes como estos. De esos que te hacen viajar.
Los nueve tracks completan un disco rico en texturas y riffs. Un trabajo obligado en cualquier colección del rock under criollo.
Me da la impresión de que YAJAIRA seguirá siempre bajo la senda del mundo subterráneo. Cultivando más y más seguidores en conciertos para pocas personas y generando ese arrastre y fidelidad eterna que provocan sus canciones. Los prefiero así, humildes. Sin aires de convertirse en un éxito de ventas. Quizás eso los arruinaría.
Y si pensamos que cada uno de sus integrantes tiene la destreza de mutarse con sus propios proyectos paralelos (The Ganjas, The Versions, Electrozombies, Horrorlove, Hielo Negro), el hecho de que YAJAIRA esté vivo y coleando es una sensación de agradecimiento enorme.
¡Grande YAJAIRA!
[Andrés Padilla]
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